DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO
Nuestra aventura comenzó en el pintoresco Tuiza de Arriba (1.210 m), una aldea asturiana perteneciente al concejo de Lena, punto de partida habitual para muchas rutas por el macizo de Peña Ubiña. Rodeados de praderías verdes, vacas pastando y el murmullo de los arroyos de alta montaña, iniciamos la marcha en una mañana fresca pero prometedora. 🌤️
Avanzamos por un sendero bien marcado que serpentea por las faldas del macizo, ascendiendo poco a poco hasta llegar al Refugio del Meicín (1.560 m). Este refugio, gestionado por la Federación de Montaña del Principado de Asturias, se encuentra enclavado en un lugar privilegiado bajo la imponente silueta de Peña Ubiña. Fue inaugurado en 2007 y desde entonces ha servido de base para montañeros y alpinistas que buscan coronar estas cumbres calizas 🏔️. Un lugar ideal para reponer fuerzas, aunque en esta ocasión decidimos seguir avanzando hacia nuestro objetivo antes de hacer un descanso.
Desde el Meicín, comenzamos a subir por la Canal de Peña Ubiña, una subida exigente que atraviesa un terreno pedregoso y escarpado, pero que ofrece vistas espectaculares de los valles y montañas circundantes 🐏. Poco a poco, el sendero se inclina más, y vamos ganando altura hasta alcanzar la cresta de la montaña.
Decidimos afrontar la ascensión final a Peña Ubiña la Grande (2.417 m) por su cresta izquierda (probablemente la arista sureste), una subida que, aunque aérea, no presenta grandes dificultades técnicas si se hace con calma y precaución. 🧗♂️ Las vistas desde aquí son simplemente sobrecogedoras: a nuestros pies, el Meicín se ve diminuto, y al fondo, se divisan las Ubiñas Menores, los montes de Babia y las altas cumbres de la cordillera cantábrica.
Finalmente, hacemos cima en Peña Ubiña, el techo de Lena, una de las montañas más emblemáticas del macizo de Ubiña y de toda Asturias. Desde los 2.417 m, disfrutamos de un panorama de 360º: montañas, valles, y un silencio solo roto por el viento. 📸🥇
Tras unas fotos y un merecido descanso, iniciamos el descenso por el mismo camino, bajando con cuidado por la cresta y la canal. Al llegar de nuevo al Refugio del Meicín, hicimos una parada obligatoria para refrescarnos con una cerveza fría 🍺, mientras contemplábamos la mole caliza que acabábamos de coronar. Un momento de esos que saben a gloria en la montaña.
Finalmente, descendimos tranquilamente hasta Tuiza de Arriba, cerrando así una jornada inolvidable de montaña, esfuerzo, naturaleza y amistad. 🏕️💪